• Título de diapositiva

    Escriba su subtítulo aquí
    Botón
  • Título de diapositiva

    Escriba su subtítulo aquí
    Botón
  • Título de diapositiva

    Escriba su subtítulo aquí
    Botón
  • Título de diapositiva

    Escriba su subtítulo aquí
    Botón
  • Título de diapositiva

    Escriba su subtítulo aquí
    Botón
  • Título de diapositiva

    Escriba su subtítulo aquí
    Botón
  • Título de diapositiva

    Escriba su subtítulo aquí
    Botón
  • Título de diapositiva

    Escriba su subtítulo aquí
    Botón
  • Título de diapositiva

    Escriba su subtítulo aquí
    Botón
  • Título de diapositiva

    Escriba su subtítulo aquí
    Botón

Soplillo   

Soplillo

Rondaba el mes de mayo cuando recibimos un aviso sobre unos gatitos que estaban solos en el falso techo de un colegio. Eran apenas unos bebés de pocas semanas, asustados y sin su madre. Entre ellos estaba Soplillo, hermano de Tigrillo, Betty Spaghetti, Chifle y Yuca.

Desde el principio, Soplillo fue el más temeroso del grupo. Llegó tan asustado que no comía ni bebía, y pasaba los días escondido, desconfiando del mundo que lo rodeaba. Pero con paciencia, respeto y mucho cariño, fue dejando atrás sus miedos. Poco a poco empezó a jugar, a dejarse acariciar y a descubrir que el contacto humano podía ser sinónimo de amor y seguridad.

Hoy, Soplillo sigue siendo un gatito sensible, pero cada día se muestra más dulce y confiado. A veces intenta hacerse “el chico duro”, pero en realidad es puro corazón.

Buscamos para él un hogar tranquilo y cariñoso, donde pueda seguir ganando confianza y sentirse protegido. Porque después de todo lo que ha vivido, Soplillo merece conocer lo que significa tener una familia para siempre.

Rondaba el mes de mayo cuando recibimos un aviso sobre unos gatitos que estaban solos en el falso techo de un colegio. Eran apenas unos bebés de pocas semanas, asustados y sin su madre. Entre ellos estaba Soplillo, hermano de Tigrillo, Betty Spaghetti, Chifle y Yuca.

Desde el principio, Soplillo fue el más temeroso del grupo. Llegó tan asustado que no comía ni bebía, y pasaba los días escondido, desconfiando del mundo que lo rodeaba. Pero con paciencia, respeto y mucho cariño, fue dejando atrás sus miedos. Poco a poco empezó a jugar, a dejarse acariciar y a descubrir que el contacto humano podía ser sinónimo de amor y seguridad.

Hoy, Soplillo sigue siendo un gatito sensible, pero cada día se muestra más dulce y confiado. A veces intenta hacerse “el chico duro”, pero en realidad es puro corazón.

Buscamos para él un hogar tranquilo y cariñoso, donde pueda seguir ganando confianza y sentirse protegido. Porque después de todo lo que ha vivido, Soplillo merece conocer lo que significa tener una familia para siempre.

Rellenar cuestionario Rellenar cuestionario