Rita nació en mitad de una rotonda en la primavera del 2021, allí, en medio de suciedad y coches, su mami tuvo a 5 cachorros escondidos entre las plantas. Les cayó lluvia, humedad, frío... Cuando los rescatamos su hermano Mango no pudo aguantar y a los pocos días murió. 

Su mami fue esterilizada, desparasitada y se volvió a dejar en la colonia, libre.

Rita era la más pequeñita de todos y venía llena de parásitos y con un terrible constipado que nos hizo también pensar en lo peor, pero ella demostró lo luchadora que era y pudo con todo 

En el mes de agosto, cuando fuimos a vacunar, vieron que tenía una ligera febrícula que a pesar de poner tratamiento no remitía, cambiaron de medicación y ahí remitió, También le hicieron test de sida y leucemia (negativo) y una analítica completa que salió bien. Pero era muy pequeña, no llegaba al kilo de peso y sus hermanos pasaban tres kg. Todo parecía ir bien, Rita no comía mucho y siempre estaba en posición de dolor.

Luego nos dimos cuenta de que uno de sus ojos estaba como nublado e inflamado y a los pocos días el otro. Fuimos de nuevo al veterinario, mandaron medicación y remitieron a la oftalmóloga, en esos momentos ya planeaba la palabra PIF sobre Rita. Cuando llegamos a la consulta de la oftalmóloga, Rita iba con fiebre. Sacaron sangre para una serología de PIF y miraron los ojos... en ese momento nos dijeron que sin lugar a dudas eran ojos de PIF y que poco se podía hacer. También le hicieron una bioquímica completa para descartar otras enfermedades, pero todo estaba bien, se confirmaba la terrible enfermedad.

Jamás hemos llorado tanto volviendo del veterinario, ya que apenas Rita comía y se movía. Se quedaba mirando la comida, pero no podía y al hacerlo los dientes rechinaban. 

Fueron unos días muy tristes, nosotros no podíamos dar crédito, no podíamos pensar que ya estaba todo, que solo quedaba despedirnos de Rita. No podíamos darnos por vencidos y comenzamos a investigar y a informarnos sobre un tratamiento del que habíamos leído muy por encima. Por suerte dimos con un grupo excepcional que nos informó sobre dicho tratamiento y que estaba dando muy buenos resultados, pero, siempre hay un perdíamos, el tratamiento es muy largo, muy duro y muy costoso, ya que no se comercializa aquí en España y hay que traerlo de fuera, pero es la única esperanza que hay, un clavo ardiendo al que nos agarramos para arrebatar a Rita de las garras de la muerte.

Esto es una carrera de fondo, son mínimo 84 días de tratamiento, 84 pinchazos diarios siempre a la misma hora que harán que Rita tenga oportunidad de vivir.